Hundo
mil espinas al mismo tiempo
Y al
mismo tiempo tus besos
Llenos
de alegría
De
nostalgias
De
tardes tristes
De nada.
Me
hundo mil espinas al mismo tiempo
Y la
flor que arranca lágrimas a destajo
Que las funde con la soledad
Que
caen en mi alma
Y se
lanzan al vacio.
Me
puedo hundir mil flores
Mil espinas
Mis berrinches,
mis dolores.
Abrazo
tu recuerdo como ángel
Que se
hunde en un torbellino de luces
Que
enceguecen, que marean
Que confunden
Que lo
llevan a lo oscuro
A la
cueva del lobo
Al nido
de la víbora.
Lo
cierto es que el veneno se hunde entre mis besos
La
desolación arrasa con mi alma
Se
pudren las flores
Se
queman las espinas
Pero no
se marchita tu recuerdo.
Mientras
muestro esta mueca de tristeza
Mi cara
se tuerce de repugnancia
Mis
ojos despuntan al cielo
Mi
espalda besa la cama de rosas
De tus
rosas negras
Las de
mil espinas
Que
escupen
Que me
envenenan el alma
Que me
borran de tu mente.
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