15/3/09

De Repente

De repente ocurrió que era casi imposible no extrañarte en las noches cuando no nos veíamos, o de no ir a las escaleras de siempre. No quiero caer en lo cursi por que detesto ser así, no me gusta darme cuenta que estoy susceptible a cualquier dolor. Y, aunque esta historia no tenga muchas paginas escritas, aunque sea temprano escribir esto, sé que desde hace días eres un orden previo a mi mundo, a mi descanso. Pero igual escribo esto y dejo que esta discreta alegría que me hace cosquillas sea libre. Te escribo esto porque no puedo evitar sentir tus besos a toda hora; y esa es una verdad que no puedo negarme, seria cínico conmigo mismo. No puedo evitar extrañarte cuando la lluvia llena de gotas la ventana del cuarto, porque te recuerdo entre mis almohadas viejas, sentado en el autobús, caminando con la mirada perdida en el suelo. Escribo por ti y tengo la sensación de que por un tiempo muchas líneas que escriba serán para ti. Al menos por ahora, porque quiero que sea para siempre. Sin darme cuenta soy libre escribiendo esto, soy libre cuando reto las circunstancias para encontrarte, soy libre cuando me sorprendes. Te escribo porque siempre estas en frente de mis ojos aunque no estés cerca, te escribo porque quiero hacerlo, porque no tengo explicaciones ni palabras. Esto que te escribo solo te lo puedo demostrar con gestos, con palabras, con besos, con la convicción de que eres la presencia que le ha dado estabilidad y orden a un pequeño caos que siempre me atormenta y que ninguna otra clase de alegría llena. Te escribo porque cuando te tengo en frente la mirada se me pierde en tus ojos. Ya los relojes no me marcan el tiempo, porque de repente te encontré y encontré un sueño. No me bastan algunas palabras ni algunas verdades. Quiero saber y terminar de convencerme si es verdad que mi voz aun puede oírse, que no tengo las manos tan vacías después de todo. Me puse a pensarte y escribí esto sin yo quererlo, sin darme cuenta que estoy dejando salir todo. Te escribo esta carta porque, a diferencia de mi, esta carta es libre. Yo aun me escondo indefenso detrás de mis sombras, detrás de lo poco que he podido quitarle a la vida. Una vida que parece requerir de mis defectos para tener una función medianamente entendible. Todo entra en mí como una muerte que me incinera, como las palabras mas silenciosas y destructivas que me han susurrado al oído. De repente se me hizo imposible no quererte porque le devolviste la vista a mi piel que no sentía nada y que solo me llevaba arrastrado por la memoria de cómo se sentía vivir. Pero llega un momento en la vida en que no nos queda más que ceder a los embates de la vida, a los empujones salvajes que te salvan o los que te matan. Por eso se me hizo difícil, porque me demostraste que no puedo defenderme de la vida todo el tiempo, que es hora de recibir una luz en medio de un cuarto casi a oscuras. Que si puedo sentir que en tus brazos empieza mi mundo. Son tantas cosas que se me hizo imposible no quererte