24/4/11

Diez Minutos


     Solo dame diez minutos más, o tres, o cinco; no importa. Lo único  que quiero es aferrarme a tu recuerdo una última vez. No importa si soy un maldito enfermo, o un idiota que aun no te deja ir. El mundo puede escupirme en la cara lo mierda que soy por retenerte un poco más en mi vida, no me importa, eso lo sé. Solo dame diez minutos, o uno, o cuatro, pero dame unos minutos para que oigas como maldigo la hora en que te fuiste. Pero también para que veas cómo me arrepiento de la hora en que llegaste a mi vida. Me arrepiento porque ahora veo la ciudad tan sola, tan gris pero a la vez tan limpia gracias a tu ausencia…

     Yo sé que no te interesa pero, ¿sabes?, aquella tarjeta donde me prometiste nunca irte aún está en mi gaveta. Aquel beso en el ascensor aún esta encendido en mi boca; afortunadamente ya se ha ensuciado en otras bocas.  Y todas estas payasadas te las recuerdo para ver si logras entender que tu apestosa existencia no pasó en vano por mi vida. Esto te lo recuerdo para que veas como habías convertido en oro la mierda que era mi existencia. Para que te tragues tu asquerosa frase “no eres tú, sino yo”. Solo te pido eso ex amorcito, que me des diez minutos, o dos, o uno. Pero que me des al menos unos segundos en donde pueda devolverte todo eso que me dejaste el día que te fuiste. Quiero golpearte hasta ver como sangras todas y cada una de mis lágrimas. 


    Y no te quejes del porque quiero eso ahora, porque si hubieses dado la cara para dejarme, las cosas serian distintas. Después de eso supongo que tu titulo de hombre aun no lo tienes ¿cierto? A todas estas solo dame diez minutos, no es mucho. Has perdido más tiempo existiendo. Solo me limitaré a golpearte con toda la fuerza que tenga y después me largaré para siempre. Y me largare recordando esos diez minutos y el por qué te quise golpear. Y me iré con diez minutos de felicidad que, al final, valen  mucho más que tú.

Escrito por: Brian Dix






22/4/11

Completamente viva


      Soy aquella dama de vestiduras blancas que dejaron agonizante cerca de ese pozo aquella noche. Donde aún yace en la oscuridad mi lazo de vida negro, deshilachándose al paso del reloj y aun así permanezco fría y solemne ante el mundo.

     Tú mi dulce espectro apareciste como un cometa en mi cielo, viendo a través de mí y con tu lazo vital interminable, pero igual de negro. Y desde entonces eres tú quien me acompaña en mis noches frías y solitarias cuando mi pensamiento se sumerge en aquel abismo lleno de oscuridad y terror; no importa si estás lejos porque sé que estás conmigo al recordar tu mirada o el roce de tus manos con las mías, eres ese recuerdo imborrable que quedo marcado en mi memoria que ni los siglos lograrán borrarlo. 

Recuerdo aquella noche cuando apareciste triste y desolado, sin vida ni un cuerpo en el cual vivir. Estabas como yo en aquellos tiempos donde le imploraba a la luna que no me dejara sola. Me pediste que te matara que acabara con tu sufrimiento. No necesitaba ver tus ojos para saber lo profundos y sinceros que eran pero aún así no pude enterrar en tú corazón la daga que me entregaste. Me dedique a sanarte e intentar que volvieras a la vida a pesar de ser solo un espectro. Cuando nos conocimos nos dimos cuenta que éramos como dos gemelos nacidos del alma, con las mismas rosas marchitas que duramente fueron marcadas por la vida. Nuestras miradas se convirtieron en una sola como una vista interminable entre dos seres los cuales su alma se despliega a través de ella.

      Formamos con el tiempo un lazo fuerte que sin darnos cuenta se hizo irrompible que sigue vivo dentro de nosotros a pesar de que seguimos cada uno con su camino. Un lazo que ni la distancia, el mal, ni el egoísmo los separa, y aun así después de tantos siglos de seguir vagando en este pobre mundo me pregunto ¿quién eres?, ¿de dónde viniste?, ¿En qué momento lograste convertirte en mi vida, logrando pasar la barrera que tanto me costó formar?, ¿Cuándo lograste convertir mis noches oscuras en días luminosos y cegadores llenos de una vida la cual no tengo?
     Tú mi dulce espectro te convertiste en la luz dentro de mi oscuridad, en la mano que necesitaba para levantarme, la que hace revivir lo poco que queda de mi alma y haciéndome sentir como quizás una vez estuve antes de morir...Me haces sentir completamente viva.

Escrito por: Ang Elius. 



Carta para un soldado


     Tú, hombre concebido de entre el imaginar poético de Simon J. y Kirby J. de entre los cimientos de un patriotismo ilusorio; representaste en una época la humanidad blandengue del hombre, de su des virtuosismo e ignorancia consumidora de toda su esencia. Fuiste el guía y libertador de la desunión que apresaba, pero que ahora apresa, al ser desde el momento en que éste posee la noción ambivalente del bien y el mal. Ahora nada queda para ti. Sólo el recuerdo de las supuestas escenas heroicas que lograbas acometer contra un imaginario imperialismo ficticio; una batalla solitaria y efímera que libraste no por un ideal propio, sino, más bien, por ser el reflejo psicológico de un pensamiento que te concedió modo, esencia y forma; que te otorgó un parlamento en el universo.

Fuiste diseñado con el desdén de unas simples pinceladas en un papel blanco. Eres menos que el polvo y prueba de ello, es que fuiste obra humana; simplemente naciste en el vacio de un umbral mórbido de lo que muchos considerarían pureza; pero, tal pureza, inexistente debido a que desde que crearon tu figura, naciste imperfecto. Eres un símbolo equivocado del honor y la libertad. Naciste con cualidades que superan al hombre; muchos te considerarían estar en el pináculo del desarrollo estratégico y corporal, de la moralidad misma, del verdadero sentido de justicia y poder; pero, solamente eres un ideal, un pensar desechable de entre las mentes populares y cambiantes que componen a la sociedad. ¿Por qué defendiste a aquella América y Europa del Führer; con una actitud bastante mísera y arrogante al golpearle en el rostro? Como si tu ideal de libertad te hubiera salvado de la explosión que te enterró vivo en las profundidades del mar. Y peor aún, tu obrar en el mundo real, de lo sublime y sensible, no logró encaminar a la nación que tanto defendías, por la senda de lo verdadero en el proceso de socialización absoluta. 
Inclusive te has encaminado por el puente de la equivocación, promulgando una justicia que en tus vestimentas significan injusticia y muerte. El azul que portas a tus espaldas, que se desglosan hacia tus extremidades, sólo significan la fiereza y la imposibilidad del control que te atan a tus emociones; te desenvuelves entre erráticos pensamientos que pueden desembocar en la desgracia; la inestabilidad de tu ser te ha mantenido en el pináculo porque ni tu existir ficticio te importa; eres el transportador de una frivolidad aterrante. El rojo que te secciona como la caída de los rayos, es la sangre que deseas poseer y que obtuviste antes de tu renacer; antes de que tu pequeña y patética alma se perdiera por el veneno del suero tortuoso que hoy en día recorre tus venas. La muerte sigue tus pasos, porque simplemente está unida al disfraz que separa al hombre del superhombre. ¿Qué es esa estrella que se halla en tu pecho? ¿Es la esperanza que habrás arrebatado o la esperanza que ha arrebatado tu país, tu querido EEUU? 
Piénsalo Mayor antes de lanzar ese escudo con el que pretendes defender a los despavoridos. Cada victoria tuya, es una derrota y conquista para los que no alcanzan junto a tu país, el nivel y grado de desarrollo. Relegaste a Capitán Méxica al olvido, a los UK al exterminio; ahora, sólo es EEUU. Esto es sólo para ti:





Escrito por: Jehosafat Becerra. 





(Sin título)



Entre las frías caricias en mi cara de un viento nocturno,
Bajo una tenue y opaca luz de luna colada por mi ventana,
Entre las solitarias sábanas cuales hilos piden a gritos su presencia,
Mente traviesa divaga por oscuros senderos que conducen
A sus ardientes perfumes que emanan su suave piel,
Y traspaso los muros invisibles del tiempo que me separan
De desnudar con la mirada el cuerpo que a mí razón desvanece.
Pensamientos que causan sus labios bañados en pétalos de rosas,
Confundiéndose el aroma de mí deseo con su lujuria desbordada,
Desbordada en mis piernas cual tibias gotas de pasión,
Se mezclan con palabras que llevan en su alma un amor infinito.
Amor suave cuales nubes algodonadas cubren el cielo,
Amor dulce apasionado cual chocolate cae sobre mis labios,
Amor impregnado del perfume lujurioso de su piel junto a la mía,
Que muere y renace aún más fuerte en un beso,
En nuestras aguas mezcladas.
En nuestras almas unidas.



Despierto y corro a su encuentro para hacer de nuestro amor un amor eterno… de nuestra pasión una pasión eterna.




Escrito por: Anais Villaroel