25/6/10

Muerto

Lo mas extraño que me ha pasado, llamadas perdidas por el celular dañado. Cuando pienso en esto me siento solo, en mi cama, duermo y sueño. Siempre que pienso en eso intento no recordarlo, me agoniza la idea de saber que estas muerto, quisiera verte de nuevo, pero la verdad es que la decisión es tuya. ¿Ahora que harás? Solo escúchame lo que te digo, la vida de todos esta en peligro, ¿ahora que harán? A veces pienso en porque soy y o existo, no tengo respuestas, solo seguiré mi rumbo, y cuando encuentre lo que soy, quizás ya estaré muerto. Hemos venido a aprender, un libro en blanco no dice nada. Y sabrás que todo tiene un final feliz. Porque aunque no se quiera después de la tormenta siempre llega la calma



 

Como un fantasma

   ¿Sabes algo? siento que puedes hacer conmigo lo que quieras, que si quieres destruirme lo puedes lograr, que si quieres hacerme feliz lo logras, así sea con tu sola aparición virtual. y no me agrada.

    No me agrada porque siempre he querido que esto que me pasa a mi te pase a ti, y a ti no te pasa esto. Creo que no es justo... ¿o sí? no importa, solo importa el hecho de que mueves todo lo que llevo por dentro, incluyendo mis malcriadeces y mis niñerías, supongo que soy peor que un adolescente. Ayer estaba pensando en ti, y por alguna razón caí en cuenta y me fije que siempre pienso en ti. Hasta el punto de imaginarme que dirías si estuvieras paseando conmigo, o como te sentirías; me da hasta miedo saberlo porque a veces siento que puedo llegar a aburrirte. Si no eres capaz de devolverme un simple te quiero, ¿quién me garantiza que la pasaras bien conmigo? nadie, pero imagino que todo eso se lo dejare a esta hoja.


    Estoy escribiendo para sacar todo lo que tengo entre la garganta, para que no se confunda con las ganas de salir corriendo, o las de sacarme el corazón y botarlo. Creo que si me quedo sin corazón sería peor... porque no tendría con que actuar, no tendría ninguna motivación para bajar la cabeza y pedirte disculpas, no tendría eso que nos hace actuar e ir en contra de nosotros mismos y asumir que nos equivocamos, y nos hace olvidar el orgullo, para bien o para mal. Eso lo perdería. Y si pierdo eso no me importara que te fueras de mi vida, o que no me hables, o simplemente, no me importaría tu existencia. Aunque eso sería justo, por que a ti no te importa un te quiero, por lo menos de mi parte, esta demás; así que ni tan injusto seria. 

    ¿Pero como haría yo? ¿Me quedo así para todo el mundo? Mmm.. Creo que mejor me dejo el corazón quieto donde esta; porque así seguiría vivo, aunque sienta nervios cuando te conectes, o sienta que soy un fantasma dentro de este mundo. Porque me haces sentir como un fantasma, siento que estoy suspendido en el aire. Y más aun, a mi pesar, siento que en cualquier momento dejaras de hacerme sentir así y simplemente, como suele pasar con los fantasmas, dejaras de verme. No soy bueno para esto de decir las cosas de corazón, estoy acostumbrado a defenderme del mundo, a esconderme para que no me hagan daño. Pero eso no importa (supongo).


    Disculpa todas esas idioteces que estoy escribiendo, pero de algún manera quería dejar salir ese sentimiento que llevo encima. Sentimiento que a todas estas, no sé que hace vivo, parece que da patadas para no morir y se resigna a que tiene q hacerlo.
Me voy a dormir, creo que no tengo más nada que hacer aquí. Ni que decirte... es como la milésima vez que lo digo y nunca pasa nada, nunca dejo de ser eso que siento que soy para ti. Un simple fantasma. 


En mis horas más oscuras.

Recuerdos aquellas horas negras, oscuras y enfermas. Encerrado aquí, entre bacterias y restos de asquerosidades humanas. Desde que soy preso político no hago sino luchar contra mis miedos, contra mí mismo. Pero también lucho contra él.
A ver, hagamos un recuento de todo lo que haces aquí, en la misma prisión pero fuera de las celdas. Matas, humillas, consumes, te masturbas cuando todos dormimos, pero sabemos que haces y con quien lo haces. Tengo tres días sin comer y ya no concuerdo lo que escribo, pero sé bien que digo. Sin necesidad de consumir la porquería de drogas que usas, puedo imaginar una y mil veces como te sentirás cuando siga humillándote. ¿De verdad crees que eres tu el que me humilla? Tu vienes y echas sobre mi baldes y baldes de excremento,  escupes mi comida y orinas la poca gua que puedo beber. Pero eso no me detiene, eso no destruye mi paz, mi esencia, mi temple y mi fuerza para seguir adelante, y más aún: para seguir con mis ideales en pie. Tus malditas ofensas solo me alimentan el ego, soy tan importante para ti que necesitas sentirte superior humillándome, pero no lo logras. Son tantas horas oscuras las que paso aquí, que a veces la luz del sol se me hace extraña, pero aunque este en la mas negra y maldita de las oscuridades, recordare tu asqueroso rostro, tu patética mirada de idiota sin madre; y la recuerdo tan bien porque aquí donde me ves, callado y sin ningún gesto de dolor, dentro de mi alma te maldigo con cada respiro, con cada lagrima, con cada segundo que me dejas aquí tirado y humillado. No puedes destruirme, no puedes hacerme uno de los tuyos. Tu intentas alimentarte de mis dolor, de mis ganas de morir; pero ni eso obtienes de mi. No te voy a dejar comer de mi espíritu, no te daré ni una sola gota de mi orgullo. Te ves tan asqueroso, como uno de esos enfermos hambrientos que te quitan la comida de las manos y se la comen con ansias, con enfermedad, con gula. Yo en cambio si me alimento de ti, de tus miedos, de tus penas, de tu asquerosa infancia cuando tu padrastro abusaba de ti. Y cada noche se dibuja una sonrisa en mi rostro cuando escucho tus gritos, tus miedos, tu niño perdido dentro de ti que grita y huye de su violador. Ese premio vale la pena, y cada noche cuando sueñas, me regalas el mismo premio que crees obtener de mi. Ya no tengo hojas,  todo está manchado de sucio, las ganas de vomitar son insoportables.  Pero te juro por mi dios, por el nombre de mis hijos, por el amor de mi madre, que cuando caigas escupiré tu fosa y la llenare de serpientes y cucarachas,  y echare sobre ti los mismo baldes de mierda, la misma agua sucia; para que ni los gusanos se denigren a comerte ni un solo pedazo de tu carne.
Mientras tanto, seguir aquí encadenado a tu capricho, viendo como cada día intentas inútilmente hacerme caer. Sigue escupiendo mi comida, sigue maldiciéndome con cada palabra, que yo lo hago con cada pensamiento. Mi mayor premio es ver cómo después de horas y horas tratando de humillarme, te largas con el corazón consumido en impotencia y en soberbia, y ese premio amigo mío, es algo que jamás podrás quitarme. Jamás. 




Jey

Hoy te recordé, y no encontré mejor manera de hablarte que esta, aunque sé que esto no lo leerás, y peor aún, que nadie sabrá que puedo decir de ti. ¿Y qué puedo decir de ti? Que eres una gran persona, o lo eras porque no sé si estás vivo aun. Recuerdo que siempre sabias diferenciar lo bueno y lo malo, entre buenos y malos también. Nunca te importó la mirada indiferente  de la gente que formaba parte de tu día a día. Ayudabas a quien veías que lo necesitaba, y tu única recompensa eran esas monedas de poco valor que le sobraban a los demás. A veces la vida te recompensaba con comida, muchas veces no lo hacía. Te recuerdo con tu siempre manía de peinarte. Pasabas todo el día, todos los días peinándote tu cabello sucio y descuidado. Recuerdo a tu hermana y a su mirada indiferente cuando te veía, a la señora del segundo piso que era una bruja que habías visto volar, que si la gente te trataba como loco, que eras feliz y sobre todo, que tenías tu propio mundo. Al que estaba sólo le hablabas de ti, de tu pasado que era un libro abierto para todos con todos sus secretos gritados a voces.  Pero eres humano después de todo y por eso llorabas y gritabas por las noches; aún cuando los vecinos te gritaban y te lanzaban cosas para callar el grito de tu soledad. Te vi llorar cuando tu mama decidió irse de este mundo, en la planta baja del edificio. Me di cuenta que eras como un niño cuando agarraste su mano tibia y llorando le pedias a gritos que no te dejara solo en ese lugar que estaba lleno de gente mala. Ella era la única que te recibía con los brazos abiertos.
Un día salí temprano del liceo  y al llegar vi como estabas en el sexto piso tratando de volar. Pensé que tenías ganas de salir volando y perderte en el infinito. Pero lo lograste Jey, lo lograste. Al día siguiente volviste con tu rutina de siempre. Le hablabas de ti al silencio, tu único amigo. Le hablabas a la soledad de tus miedos, de los malos hombres que siempre venían por ti. Comprendí de esa manera que eres un niño atrapado en un mundo ajeno, en un mundo de adultos que miran con desprecio,  un mundo que te lanzaba lejos de todo. Qué hermoso fue ver que luchabas contra eso día a día. Nunca te dejaste que la vida te arrastrara con ella. Poco a poco veías que mientras muchos te despreciaban y te miraban por encima del hombro, otros nos alegrábamos de verte indetenible y constante.
Un día pude ver de cerca tus ojos, logre ver la esquina fría y oscura donde te quedaste sentado, solo y llorando en algún momento de tu niñez.
 Nadie tiene derecho  juzgarte, ni a ti ni a nadie que sea como tú. Aunque llores, aunque grites por horas, aunque corras y trates de volar para huir, nadie tiene derecho a verte con desprecio.  La vida te regalo de una manera muy cruel tu alegría cuando, a los diez años, alguien si intención dejó caer un ladrillo sobre tu cabeza. 
Jey, eres libre en tu mundo, desde niño, y para siempre, serás un niño cada día.  Solo te importa que la gente se sienta bien, que se rían contigo, que te miren cuando los saludes. La gente no valora que no tengas prejuicios, que seas sincero, que la vida te parezca un juego absurdo.
Ojala todos tuvieran un poco de tu locura. Y si, yo sé que no estás loco, y solo eres así por la maldad inocente del destino. Pero eso no te quito la vida, te dio una nueva. Aunque con un precio muy alto y muy cruel, que ni si quiera yo en mi sano juicio quisiera pagar. Y es por eso que te admiro Jey. Y también te recuerdo donde quiera que te encuentres. Así estés sólo, riendo, llorando, gritando o tratando de volar para  huir de este mundo cruel. 

21/6/10

Ich würde mich freuen, wenn Sie wurden phosphoreszierenden.

Este bar no es mí preferido a la hora de hablar seriamente, creo que ningún bar lo es.
-Dudo mucho que un parque este abierto a esta hora- me dijo mi amigo con un ligero toque de sarcasmo, LIGERO, ¿ok?
Si, a lo mejor en un lugar más tranquilo me sienta mejor, bueno no, no me sentiré mejor. Estaré igual.
-¿y por qué viniste aquí entonces?-
Porque me invitaste a tomar
-uhmmm...-
¿Sabes? Ayer estaba pensando seriamente, y pues asumí que no quiero olvidarlo. Sabes lo terco que soy con ese tema, que no me importa que digan de mí, pero él es la persona más importante de mi cochina y nada envidiable vida.
-¿estás hablando de...?-
Si, de él. El que siempre imagino que llega y me besa sin decirme nada y... ¡No no no! que cursi. Tampoco así.
-si el llega a tu vida otra vez, ¿serias feliz?-
No, estaría en paz y agradecido de que estuviese conmigo otra vez. La felicidad es corta y solo es un momento breve de euforia. En cambio la paz es la que dura, la que todos deseamos. Al final de todo, cuando morimos, dios nos ofrece paz y no felicidad. Por algo será ¿no?
-se nota que lo extrañas, y que te movió hasta la más mínima célula.-
¿Se nota? , y espero sepas reconocer un sarcasmo.
-obvio, aprendí eso de ti.- sonó muy sincera su respuesta, cosa que me sorprendió.
Gracias, supongo. El hecho es que lo extraño. Extraño sus locuras, las tardes en sabana grande un domingo viendo la ciudad sola, los debates sobre si dios existe o no…
-sus ironías, sus sarcasmos, sus frases acidas, su capacidad para destruir tu paciencia, su infidelidad-
Gracias, me siento mejor.
-de nada, para eso estoy- me respondió con la misma ironía.
 Supongo que hablar con un sordo hubiese sido mejor idea.  Además, eso que con tanta pasión acida dices, era una de las cosas que más me gustan de él. El te dice la verdad para salvarte, no para destruirte. Y eso se valora más que la hipocresía.  Esas verdades dolían, pero te daban la respuesta. No sé si me entiendes
-claro, tu eres así, no veo por qué tanta literatura dramática si eres igual que el.-
Porque necesitaba desahogarme. No sé si te dije que odio las luces fosforescentes.
-no recuerdo, ¿por qué?-
Porque estas luces son fosforescentes, y me aturden.
-tú decidiste venir, recuérdalo.-
Si los sé, no estoy loco.
-interpreta mi silencio…-
¿Será que estoy sufriendo de alguna enfermedad psicológica? Como por ejemplo, ulceras mentales causadas por politraumatismos emocionales crónicos a causa del amor?
-¡wow¡ interesante diagnostico.-
Si, algo. Tú eres más sensato que yo, por eso quise hablar contigo hoy un rato, siento que todo el mundo se va por un maldito hoyo microscópico de mierda cada vez que lo veo, aparece o me lo nombran. Ya no sé como demostrarle que no fui yo quien se alejo, que fueron las circunstancias que no supe manejar.
-sí, pero recuerda que el te traiciono sin pensar un momento que pasaba en tu vida-
Eres tan odioso como esta fosforescencia, gracias, que tierno eres. Solo quiero que el entienda, y que me entiendas, porque él me hizo sentir culpable.
-si no te entendió antes, ¿Qué te hace pensara que lo hará ahora? O ¿crees  que volverá contigo cuando le expliques?-
Sé que no entenderá ahora…  y pues no, no creo que vuelva, estoy completamente seguro que no lo hará. Es más, no sé cómo explicarte que aun sigo vivo y todo lo demás, pero que el me hace demasiada falta. El me lleno el alma de estrellas, y ahora, por la ausencia, dejo cada pedacito de él en cada historia, suelto un pequeño pedazo de estrella en cada papel, a ver si algún día puedo quitarme todo eso que me dejo encima.
 -y gracias a esas estrellas escribes como lo haces, esas estrellas te regalaron una manera de drenar y de decir las cosas, no entiendo por qué ahora quieres quedarte a oscuras tratando de matar  esas hermosas estrellas.-
Ok, basta. El intenso paranoico intento de escritor aquí soy yo. A veces pienso que se me nota demasiado que me hace falta. Lo nombro en cada página, en cada historia. A cada persona le cuento lo maravilloso que es.
-sí, se nota. A veces pienso que estás loco.-
Bueno, si Dalí estaba loco, ¿qué hay de malo que Brian esté loco?
-no nada, la diferencia ni se percibiría.-
Insisto, estas de un humor negro hoy…
-sí, algo tenía que aprender de ti, ya te lo dije-
Las luces siguen fastidiándome, no las soporto. Odio la fosforescencia
-y si algún día llega él fosforescente ¿Lo odiarías?-
No. Empezaría a amar la fosforescencia.
-tú no cambias, eres extraño ¿sabes?-
¿Extraño? O¿ incomprendidamente incomprendido?
-¿Qué es eso?-
Ser yo.
A si, algo así.
-¿salud?-
¡Salud!

(Te amaría si fueras fosforescente)

19/6/10

¿El beso de la muerte?


-No pensé que besaras tan rico, se nota que aprendiste algo durante este tiempo que (por suerte) no te encontré por ahí.- le dije.
- Si no fuera por las cuatro horas que te quedan de vida, en este momento estaría cacheteándote.- me respondió.
- No me quedan cuatro horas de vida. 
-Desde este momento si.- Lo escuché decir mientras se levantaba y se iba.