10/2/11

No sé que sentir, menos sé como se llama esto.


Tengo ganas de  regalar mis libros, de hacer una pila de papeles con mis dibujos y notas y quemarlos, que el humo manche de negro  el techo y dibuje demonios (a ver si así consigo algo real al que pueda echarle la culpa).  Estoy intentando renunciar a todo,  estoy tratando de decir ya basta, de decirme en voz alta que no tiene que ser suficiente  tres meses, que admito que mi corazón hizo lo que le dio la gana a la velocidad de la luz y haciendo añicos el “indestructible” muro de orgullo que llevaba encima. Pero no puedo mentirme, ni si quiera tengo el valor para alzar la voz y decírmelo. (Te) admito todo y nada a la vez, ya con esto la respuesta es obvia y no hace falta convencerte de lo uno, ni de lo otro. Ya ni sé si mañana será igual o no. Antes al menos tenía la determinación de mandar todo a la mierda sin importarme un coño y seguir mi vida, pero contigo no puedo no hacer eso (Y conmigo tampoco, porque eso sería mandarme al demonio a mí mismo.) desde hace una semana veo amanzánate los días que llegan, siento como si en cualquier momento sacaran sus colmillos y se lanzaran sobre mi dejándome hecho carroña para zamuros. Es estúpido, lo sé, pero tú eres el que me tiene a mí, y yo no tengo nada. Yo lo único que tengo es esta metamorfosis a medio camino, esta transición entre yo  y otro yo distinto, otro yo que aprendió a calmar sus impulsos, otro yo que aprendió a ver mas allá de las palabras, otro Brian que siente distinto, que siente algo real y diferente. Otro yo que aun no está completo y que en cualquier momento puede fallar (te). Aun sabiendo todo esto, antier lo único que pretendía era darte ese regalo de saber que no estás pasando por pasar en mi vida, estas dejando tu huella. Estas  alumbrando la esquina del cuarto que permanecía oscura desde hace tiempo. No sé si leerás esto, o no. Pero igual prefiero llenar esta hoja de letras, que tener que llenar la almohada de lágrimas.  Hoy solo me nace el pedirte perdón por el beso robado, por ver una  sonrisa de complicidad nuestra, por pasar mis dedos por tu hombro cuando te creí dormido,  por tener miedo de decirte tantas cosas que me haces sentir. Hoy amanecí ajeno al mundo. Hoy siento que es el día donde siempre llegamos al punto de sentir que todo se nos viene encima, y que solo queremos tener  eso que más nos importa y sin pensar en que lo demás puede desaparecer. Hoy siento que esta metamorfosis se puede quedar en medio de la tormenta, y lo peor es que ya se están acabando los cigarros.

Mañana

Es un trabajo solitario tener que dormir cada día con la espesa losa que me pesa en el alma. Es algo que me hace vomitar de tanto solo pensarlo. ¿y qué hay de mañana? Nada. Mañana saldrá el sol y se quemara la estúpida paz que por segundos me acobija. Mañana saldrá el sol, con su cara cínica e hipócrita a decirme que “el mañana ya llegó”. Siempre me pareció tan barata la estúpida idea de que mañana todo saldrá mejor. Basura. Es pura basura las mediocres creencias de los viejos que no tienen más motivos para vivir y solo se refugian en banalidades estúpidas y absurdas. Dan risa, así como todos daremos risas cuando la piel se nos llene de arrugas,  de palabras estúpidas y que otros tengan que limpiar nuestra mierda, tengan que calarse nuestro fastidio de sentirnos solos y buscar conversaciones y compañía. “mañana será otro día” ¿en serio? No me había fijado que cuando amanece es porque llego el día. De nada me sirve levantarme y pensar estúpidamente que, según el orden universal del planeta, cuando amanece es porque es de día. PUDRANSE!!!! Mañana cuando repitamos todo por la vejez, cuando nos enfrentemos a la soledad y solo queramos cariño y compañía,  nos daremos cuenta que el mañana es la reiterada carrera de la vida por acabarnos. El mañana es la prueba de que dios está ansioso por  hacernos envejecer. Que mañana tan retrechero el que nos espera ¿verdad? A al final, pase lo que pase, cuando salga el sol, y por muchas mascaras que tengamos encima, seguiré siendo el mismo mocoso cobarde que se esconde en la noche; seguiré siendo el mismo carajito infantil y terco que provoca sus propias desgracias. A nadie le tiene que  importa esto, a la final, a dios no le importo ni siquiera el sufrimiento de su propio hijo. Menos se preocupara por una pobre alma que se esconde. Mañana saldrá el sol para que veamos bien claro como cada vez da más asco mirar el corazón de los humanos. Nunca pensé que fuéramos tan despreciables. Mañana saldrá el sol,si, y no valdrá la pena cerrar los ojos y hacer de cuenta que todo estará bien.

Primero el msn y despues el número de teléfono


Recuerdo cuando al fin tenia internet en mi casa, después de tanto esperar, jalar, rogar y casi casi acosar psicológicamente a mis padres, tuve mi computadora e internet en mi casa. A los pocos días descubrí la magia de la web, sobre todo cuando se esta desesperado por sexo o novios.
Descubrí algo llamado LatinChat.com, y aunque no me gustaba mucho eso de citas a ciegas (y sin saber quien era ni en fotos) me ofrecía tantas opciones, como para no cansarme nunca de entrar. Mi alias era: Dangerous_Tongue, y mi descripción acorde a lo que quería encontrar. Saber promocionarse, es saber atraer gente. Sin importar que después se vayan, los catálogos se hicieron para verlos y escoger. Mis ventanitas de conversaciones siempre eran constantes, algunos clasificaban otros no. Pero lo mejor vino un mes después.
El era de Mérida, pero vivía en Caracas. Se llamaba David, y según su descripción era flaco, alto, cabello medio largo y medio claro. Lo mas cierto de todo eso, es que me caía bien, aunque era medio Nerd, cosa que me encanta de un chamo cuando se trata de fetiche,  no me importo mas nada sino pensar en el y el maratón de sexo que quería regalarle hasta el amanecer. sobre todo que me da morbo sentir que estoy corrompiendo a alguien, que su inocencia me la estoy tragando con cada mamada, con cada pasada de lengua. Imagino que psicológicamente eso no hablara bien de mí, pero ese no es el punto. El me daba morbo y con solo saber su descripción.
Ese mismo día que nos conocimos intercambiamos teléfonos y frases sucias dignas de un largo periodo de celibato impuesto por las circunstancias. Gracias a dios, ya no tendría que temer la llamada del vaticano para ser uno de sus santos. El y yo nos teníamos las mismas ganas de darnos duro. Pasaron diez minutos y me llamo diciéndome: dentro de dos horas estaré allá frente a tu casa. Tengo ganas de hacerte mío. Me excite, me emocione y me imagine lo mas sucio y lo mas enfermo que jamás hubiese pensado hacer, pero no le creí. A todas estas, le di mi dirección pero el jamás había pisado terrenos del oeste, así que dudaba de que pudiera llegar a mi casa. Por muy nerd que pueda llegar a ser, no era fácil ubicarme en territorios de la pobreza y la clase media baja; menos, sabiendo la fama de matadero que tiene el 23 de enero. Imagino que el aprecia su vida, o su teléfono, o su dinero, etcétera. De todas formas, eran las ocho de la noche, tenia sueño y me acosté a dormir.
Eran las diez y media cuando escuche que alguien tocaba el timbre. Me levante medio aguevoniado del sueño que tenia, y cuando me acerque a la puerta, abrí sin querer y recibí un apasionado beso que me llenó media cara de saliva. ¡Sorpresa! Era él.
Eso fue un duro golpe a mi ingenuidad, era alto, si, pero era horrible. Bueno, horrible no, incomodo de mirar. Era una especia de resultado final de laboratorio de experimentos con seres extraterrestres, o algo así. Era asquerosamente baboso, tenia la boca abierta por nacimiento y sus labios siempre estaban relucientes de una brillante saliva incontrolable. De paso, era jorobado y con los dientes espantosa y exageradamente volados hacia afuera. Era simplemente un conjunto mal hecho de uñas sucias, pedazos de dientes comidos por caries y mucho pero mucho acné. Imagino que la pubertad fue inclemente con el (eso) porque su cara estaba marcada por  huecos producto del acné. Al fin de cuentas, el era eso que “solo una madre puede querer”.
Ya estaba adentro, sin permiso, pero lo estaba. El no se iría tan fácilmente. Imagine que me pediría  mi alma, o un pedazo de mi piel para su cara. Pero no. Ya había cometido la semejante estupidez de alborotarle el virgen rechazado que llevaba en su ser. Es que ya entiendo porque tiene 23 años y es virgen. Hay que ser demasiado feo para ser virgen a los 23. Y yo lo siento mucho, pero no iba a ser yo  el elegido para semejante crueldad  de tener meter un pene en ese desagradable y visceral conjunto de estímulos visuales nauseabundos. Quería algo a cambio, pero yo no quería darle ni la hora. Me acoso, me arrincono contra la pared y dijo lo que yo más temía que dijera: “Quiero hacerte mío”.
Pedí perdón por todos mis pecados, prometí hacer votos de castidad pero no funciono, ni tampoco llegaría al extremo. Lo cierto es que no pude  convencerlo de que no pasaría nada, sin embargo solo accedí a su suplica de hacerme el sexo oral. Sentir sus pedazos de huesos dentales (porque decirle dientes es mucha hipocresía de mi parte) en mi pene, lastimándolo, es algo que no olvidare jamás. De hecho ahora uso ese recuerdo  para cuando necesito motivos para vomitar. Diez minutos después, el Objeto en Movimiento No Identificado al fin se fue. Cerré la puerta, me metí en el baño, abrí la ducha y gaste medio pote de detergente líquido para platos mientras me tomaba la media botella de Anís que tenia en la nevera.
Mas nunca confié en LatinChat.com o en alguno de sus derivados, y desde ese día aprendí la importancia de pedir primero el Msn y después el numero.

Feliz Aniversario bebé


      Manos suaves que me acarician la espalda, una pierna pasa por encima de la mía y siento un órgano recostado y firme sobre mis glúteos. Mi novio se levanto creativo hoy, igual que  el resto de los 364 días sobrantes del año.

Intento conciliar el sueño para no tener que caer en el penoso acto de fingir que estoy dormido, pero no funciona. Siento su lengua rosando mi cuello, sus manos acariciándome incesantemente, su respiración en el cuello que me excita, pero no a esas horas de la mañana. No  cuando ayer tuve un día pésimo y cansado; y al menos que estuviese bajo los efectos de algún somnífero, o que este recién acostado, no tengo excusa para fingir que aun duermo.
-Bebe, es muy temprano y ando cansado. ¿Podemos dejarlo para el medio día?-
-Pero es que tengo ganas, además, anoche te fuiste liso por el cansancio y me quede con ganas de llevarte al cielo y regalarte una estrella. Pero adivina que, ya amaneció y  te toca.-
-¿sí? Que bello mi amor, pero no suelo tomar vuelos tan temprano; así que por favor déjame dormir. Además, son las siete de la mañana y es sábado.-
-yo sé mi vida, pero tengo ganas de darte tu merecido regalo. Anda di que si-

   Después de una breve mirada de ira incontenible me di media vuelta, me reencontré con la sabana, e intenté, dormir pero fue en vano. De repente empiezo a sentir como su lengua empieza a bordearme la espalda, bajando por mi columna y llegando hasta mis glúteos. Este idiota no me va a dejar dormir. Voy a tener que recordarle el día cuando  llegue a su casa de sorpresa y estaba en pleno acto sexual con su ex y del susto se orino encima de su amorcito, que dicho sea de paso, estaba llevando machete del bueno porque hasta sudaditos estaban. Si no deja el fastidio pensare que lo tengo abandonado sexualmente, asumiré mi culpa y lo complaceré; si no, entonces ya eso es puro morbo sádico y enfermo. ¡Por dios, son las siete de la mañana de un sábado! Desgraciadamente para mi cita con Morfeo resultó que eso tampoco funcionó. ! El coño de su madre ¡solo hice alimentarle la erección  y elevarle el sádico a su máximo exponente. No sé si mentarle la madre para que me deje en paz y decirle que odio los besos con mal aliento, las caricias con lagañas, el olor a tela en la piel o por el contrario,  intentar sacar fuerzas al menos, para poder ponerme en cuatro.

-Coño Brian, estas pasado de idiota. Ya casi no me das lo mío como antes cuando éramos novios que lo hacíamos hasta en el patio y te tragabas hasta el agua de la poceta. Me parece raro que ahora no quieras hacerlo en las mañanas.-
Juro por mi madre que me vi con 100 años de prisión por asesinato en primer grado con agravante de tortura  y mutilación, sin embargo deseche la idea y opté por una alternativa menos violenta.
-Mi amor, mi cielo, mi vida, cuando éramos novios estábamos en la etapa de ceguera parcial de la lógica y la razón por la cual todo el mundo pasa cuando esta recién empatado con alguien. Antes, hacíamos el amor como si la especie humana estuviera aun paso de extinción (tampoco la hubiésemos salvado) y pensábamos cosas absurdas como el cocinarnos los fines de semana, peinarme hasta para ir a la bodega, reírse de cualquier gafedad, etcétera. Ya esa etapa pasó. Ahora es distinto amorcito mío de mi corazón bello y hermoso. Solo déjame dormir y cuando me levante, me arrastras por toda la capital sin ropa y me revientas hasta la última membrana piel que encuentres  si quieres.-
-Oye gracias. Solo quería darte un detallito.-
-¿Un detallito? ¿Como cuando te rascaste en plena fiesta de cumpleaños de Niki y te quitaste la ropa pretendiendo después salir a la calle a comprar más alcohol? No gracias, tu eres muy detallista, pero hay detalles que prefiero no recordar. Además ¿qué hice ahora de especial?-
-Nada mi amor, solo que hoy cumplimos otro año juntos, pero supongo que eso no es tan importante como tu sueño.-
¡Coño de su madre otra vez! estaba dormido, arrecho, y a punto de buscar ayuda psicológica en la organización mundial de los derechos humanos por sentirme acosado y ahora resulta que cumplimos dos años juntos.
-¿Estás viendo porque no debes despertarme? Aparte de levantarme de mal humor, sabes que mi cerebro enciende  tres horas después de haberme levantado.-
-Lo sé mi amor, y eso era lo que quería. Obstinarte. Duérmete, que cuando te levantes, no te dejare ni respirar del revolcón que te voy a dar. Feliz aniversario bebe.-


Aun me gustas

Soy malo para disimular las cosas, por eso preferí ser sincero y por eso pensé en decirte que me gustas.  Claro, decírtelo fue otra cosa. Decírtelo fue como contrarrestar  lo poco que recibía de ti, lo poco que tenia  a través del monitor. Decírtelo fue jugar al tonto, al iluso que se deja llevar aun por la fantasía, por lo que no será.  Soy débil y decidí que esa chispita que me recorría el sistema nervioso me ganara y termine diciéndote que me gustas. No, me encantas que no es igual. Me encantas porque tu blanco haría contraste con mi negro, me encantas porque me disperso, porque no puedo alzar mis armas en tu contra. Me encantas porque lograste mezclar tu azúcar con mi veneno. Bueno, no fuiste tú, fui yo solo quien quiso mezclarlo. Lo malo de acostumbrarse a destruir  cada vez que hablas, es que en algún momento  llega alguien que te inmoviliza. Por eso ahora estoy inmóvil, en medio del fuego que no dejo quemarme. 

Llámame idiota si quieres, es igual que me lo diga yo mismo.  Lo insólito de todo esto es que aun me gustas, aun cierro los ojos imaginando que dibujas líneas en mi cara con tus dedos. Sin darme cuenta me despegue del suelo y ahora vivo arriba, en medio de la nada, entre el aire que respiro y el fuego que me espera abajo para  fulminarme. No importa, quema y lo tengo presente, pero aun me gustas.

Teatro Gótico (La bendición)


Como una especie de ángel, hoy te dedico este teatro, esta obra sucia que hoy se despliega ante ti.
Un Jesús dijo:
Y se abrió la luz de pronto, pero  ya era demasiado tarde. Estaba lleno de luz e inocencia. En una de tantas noches, recuerdo, como solía pensar y extrañar esa caricia, ese amor tuyo. Esperaba con ansias esa mirada dulce, esa voz suave que me calmaba en las noches cuando aun lloraba sin saber el por qué. Y fue en una de esas noches, cuando se voltio tu mirada al infinito, al vacio que yace en tu corazón, cuando decidiste arrástrame al fondo de el. Y pensar que aquí está tu obra; muerta, sucia y difamada. Tus manos no tallaron oro sino un espejo. Un espejo recalcitrante y roto donde solo se refleja tu mano derecha, tu mano que según, es la mano más cercana a dios. Pero no fue así querida María, Jesús se hundió en tu tacañería, en tu necedad morbosa por la ambición, en tus culpas insanas que taladran y mutilan cada estrella de tu velo, cada lágrima, cada beso, cada caricia que se me hace ajena. Cada vez que tocas mi alma con tus groserías, alimentas tus remordimientos, como las ratas alimentan  su bajeza. Eres tan testaruda María, eres tan altanera por creer tu altar de oro impenetrable. Lástima que esa noche, cuando el olor de tu miseria se confundía con mi respiración, sentí la lengua viperina de tu alma. Esa alma cobarde, esa alma ciega de miedo que se esconde en el rincón y se defiende hundiendo a los demás.  Sobre tu almohada esta Satán dormido, lamiéndote en silencio. Eres tan ciega e impertinente María, que solo tus frustraciones empuñan el remordimiento de cada día. Solo eres eso, la madre de un Jesús que yace en las sombras,  la ilusa que por repugnante se cree atractiva. La luz de tu velo hiede a tinieblas. Te robas hasta el último brillo de mis ojos, como las rameras que se ensucian la carne para devorar el placer. Como esos demonios que te quitan de las manos la comida y la devoran insaciablemente. Tu amor besa y muerde María, tu seno es un millón de dagas sordas llenas de quejas, de lamentos, de frustraciones. Tú santidad está hecha de venenos, tú impecable imagen solo se descubre ante mí como una niña chillona y amargada, deforme de rostro y de alma, encerrada en una jaula vieja de vicios, cada vicio más feo y más inmundo que el otro. Eres solo eso María, eres solo un camino lleno de rosas que conduce al infierno.  Eres el origen solitario e insano de un Jesús que hace años, en una noche fría y mal sana, se regocijaba en el seno de una imagen que nunca existió, y que nunca existirá.

Y una María respondió:
He de retorcer la obra del poeta, que ya no sangrara más sus odiosas malcriadeces.

Esto es para ti...

Ya me cansé, me cansé de estar enamorado así de ti. Es imposible que aun sienta algo por ti si solo tuve retazos de algo que nunca tuviste el valor de construir.  Y es en serio, ya asumí que nadie más me gusta como solo me gustas tú.  Pero ya me cansé de andar por ahí con el sarcasmo y la ironía con todo el mundo, como si ellos entenderán lo que siento en este momento.  Ya me cansé de andar por ahí preguntándome si harías de mi alguien decente y más aceptable.  Porque lo peor de todo, es que tienes esa facultad de hacerme otro, de volverme a construir en alguien distinto. Tampoco puedo andar por ahí  de boca en boca preguntando si todo lo que hice por ti estuvo bien o no. Al final los otros solo son los consuelos, y yo sentí que todo lo que hacia contigo era meter la pata. Por eso mismo me cansé, me cansé de imaginarte conmigo en la playa, besándote a la luz de la luna. Si, es cursi y eso no es normal en mí, pero ¿ya que importa? ¿Que importa lo que soy o no? Ya ni te importa lo que siento por ti. No voy a llegar a viejo si sigo así, con esta historia hecha de pedazos con la que me quedé. No voy a llegar a ningún lado donde sé que no estarás. Ya no puedo más, ya no puedo seguir así inventándote en mis días cuando yo lo único que quería era sentarme al final del camino y poder gritar que soy feliz  por haber vivido contigo.

Es Hora de irme

Lo más seguro es que necesite irme, que necesite guardarme en algún lugar del mundo. Que tenga que alejarme de tanta basura que me rodea, y que me he traído conmigo. Necesito alejarme de aquellos que hablan del amor con la miseria de los que se humillan cuando se entregan, y de los que sufren de egolatría cuando se sienten amados. Hablan como si se sintieran imitaciones de Cristo. Necesito alejarme de mis notas, de mis recuerdos. Si antes escribía cosas horrendas  del amor, ahora siento que puedo escribir cosas peores. Necesito alejarme del desprecio que me causan los rostros de otros, la hediondez de otras bocas que solo emanan azufre disfrazados del color de los besos.  Hay muchos ojos cuyo desprecio ya no es una venganza justa,  es necesario provocar el asco más profundo entre sus sienes, es necesario tomar esa pequeña luz que llevan casi extinta, solitaria y patética, y soplarla con el aliento de la muerte y el veneno de las cobras. Es hora de irme, de regresar a aquel mundo donde la horas más oscuras te envuelven en su mundo de poseías, en su mundo de suicidios. Me encuentro en aquel umbral, donde solo la poca luz ilumina pocos centímetros delante de mí.  Es hora de cruzar los charcos de sangre, sangre de chacales e insectos que apestan en las almas de aquellos ojos retorcidos que quiero olvidar. Que insano el pensamiento que una vez sembró amor en tus ojos, que repugnante aquella voz  tan infame que una vez  se nombro junto a tu nombre. Que hipócrita la mano que acaricio tu pelo. Es hora que me aleje de aquella pasión, aquella pasión ardiente y triste. Es hora que saque todo lo que comí de ti, todo lo que me alimento de ti. Es hora de vomitar tu cabeza podrida y llena de insectos que me sembró el alma de miseria. Hay momentos en donde tocamos fondo, y la percepción del tiempo y el espacio son más intensos. Es ahí cuando el sufrimiento por la existencia se hace mayor, y a medida que intentamos salir, se vuelve más visceral. Es como ahora, desde este momento, me marcho. Lo más seguro es que necesite irme, que necesite olvidar que el amor no tiene higiene, que es sucio, fétido, rastrero y mal sano en manos de aquellos rostros que solo reflejan la grieta de un gran infierno. Es hora de marcharse. Voy a ver en donde demonios y en que parte del camino me olvide de mi mismo.

Préstame



     Préstame tus ojos, a ver si puedo lograr entender lo que aun no entiendo. Sácalos, arráncalos poco a poco y cuando estén afuera corta los nervios, deja que la tijera se coma ese delicado tejido que te permiten ver el mundo que te rodea.
      Déjame sentir  las miradas que sientes, permíteme entrar en lo más hondo de ti y recoger la basura que aún guardas con recelo en el fondo de tu alma, no te cierres, solo deja que tus ojos sean míos, que me muestren la clase de porquería que pisas día a día. Déjame ver  tus miedos, tus complejos de monstro. Déjame sentir que siente el asesino cuando mata.
      Dame tus ojos, arráncalos, déjame tenerlos por un día a ver si entiendo porque la vida te ensaña tanto en escupirte la cara. Deja las lágrimas a un lado por una vez en tu patética existencia y regálame tus ojos un día entero. Regálame por un día la sensación de asco que sientes de ti mismo, regálame por lo menos un poco de esa miseria que llevas sembrada en el alma.
      Quiero ver el amor a través de tus ojos, quiero ver ese amor que nadie entiende, que nadie busca, que nadie necesita. Quiero ver y sentir  como el mundo te pisotea y te lanza a lo más hondo de ti. Déjame tocar la luz que hay en tu alma y que aún eres incapaz de ver. Déjame ser ciego por un día, déjame jugar a no saber, a no querer ver, a amar incondicionalmente, a llenarme de miedos cuando me traicionen, a ver el rostro de la miseria cuando se te cruce en la calle y te salude con un beso hipócrita.
      ¿Qué tan fuertes son tu demonios? ¿Qué tanto te ha negado la vida como para bajar la mirada ante el mundo? Yo no veo nada de lo que tú ves, yo no entiendo porque sigues ahí, metido en ese cuarto medio oscuro, con las ventanas arropadas de tristezas y las ganas de vivir destrozadas. No entiendo porque sigues ahí, tragándote la mierda del mundo que no te acepta, oliendo la hedentina de las sonrisas hipócritas, tocando las manos frías del desprecio.
       Préstame tus ojos para ver, préstame el brillo de tus ojos de niño, regálame un poco de ese don de hacer reír, de esa facilidad que tienes para perdonar. Regálame un poco de esa estupidez de perdonar y olvidar para después volver a ser herido. Solo quiero un poco de ti, un poco de tu alma, de tu corazón que aprendió a ser frio, que aprendió a ser odioso, que necesitó tener enemigos y detractores para conocer la humildad que habitaba más allá de su nombre.
      Solo préstame tus ojos un día, solo un día. Quiero hacer como tú y confundir la lastima del mundo con las migajas de amor que crees merecer. Préstame tus ojos, para ver lo despreciable que puedes llegar a sentirte, préstame tus ojos para ver a los mal nacidos que jamás en su vida tendrán el don de reinventarse, de aniquilar sus pestilentes y asquerosas existencias.
      ¿Qué esperas? Préstamelos, quien sabe si así, sin ojos, aprendes a ver tu belleza interna y dejas de lloriquear. Ya estas bastante grandecito  como para andar por ahí pretendiendo ser un carajito mocoso. Préstame tus ojos, quiero ver el rostro de tu familia, de tus hermanos, de esas personas que no llevan tu sangre, pero te llevan en el corazón.