17/11/10

Conclusiones

    Estoy escondido detrás de un cigarro, escuchando música repetitiva a todo volumen y no dejo de pensar en tres cosas:

1.- no sé quién soy. No sé quien coño soy. Hace poco estuve acompañado de alguien que me hizo pensar ciertas cosas de mí. Alguien que quiero para mí vida. Ya para todos es bien sabido que. A) No tengo autoestima, B) soy inmaduro y C) tengo otra lista larga de defectos y argumentos para que me destruyan, pero no los diré. Esa persona, me hizo ver que perdí una parte de mi que siempre me hacia salir ileso de la vida. Me volví un niño escondido detrás de una coraza. Creo que eso ya lo sabía, solo que no pensé que fuera algo tan significativo. Esas cosas que me hacen pensar tanto ya las sabia, sin embargo, siempre me he aceptado así como soy y muchas veces (creo que demasiadas) me pregunté qué tanto significa la frase “aceptarse a uno mismo” y si eso incluye el valor agregado de saber que eres tal o cual cosa y no hacer nada para cambiarlo porque te aceptas así mismo. Si no entiendes no importa, ni yo mismo me entiendo ahorita. Solo sé que ahora más que nunca estoy pensando mucho en ello.

2.- estoy atravesando una pequeña crisis existencial. No estoy conforme con mi aspecto físico pero a la vez sí. Se me está haciendo difícil encontrar empleo para poder dar un paso que tengo que dar. Me siento en el lugar que no es, y esto aplica a casi todo. Y me siento como en ningún lado pero al a vez siento que estoy donde no debo. No sé si eso explica mi yo de ahora o no, pero lo cierto es que esto me está nublando la mente poco a poco. Más aun sabiendo que pase lo que pase, haga lo que haga, a veces ciertas cosas no cambian. A lo mejor hago mal en levantarme y pensar que las cosas pueden ser diferentes. Ya hasta esas cosas tan pequeñas pienso que las hago mal (ya ves porque mi falta de autoestima) y todo esto también influye en que no tengo ganas ni de vestirme, ni de arreglarme aunque sea. Por muy narciso que puedo llegar a ser, solo lo hago cuando necesito ver que no soy tan malo ni tan insuficiente como me lo han hecho saber. Aunque a veces no funcione.

3.- Deje de dibujar porque me sentí nadie de repente. Sí, soy un idiota por hacerle caso a gente estúpida que no valora lo que hago cuando otros si lo hacen de manera sincera, pero aun así sigo actuando de esa misma forma, una y otra vez. Y no solo dejé de dibujar, deje de ser y hacer muchas otras cosas. Y cuando renunciaba a algo siempre intentaba sacar algo bueno a eso. Ese proceso se hace largo con cada día, y hasta un poco difícil, pero aun así siempre sigo ahí, como un niño perdido buscando a su mama, y caminando hacia delante, con lagrimas nublándome la vista, renunciando a mis virtudes y a mí mismo y tropezándome con piedras que cada vez se hacen más grandes (por no decir más despreciables) y mandando a todo el mundo a la mierda. No sé hasta qué punto me he convertido en un ser sin alma que por muy importante que sea él o ella, solo pasa un día antes de volver a levantarme y sin ningún rastro de ello encima. Antes me daba el lujo de sentir y vivir mis duelos (amoroso, amistosos y familiares) pero ya no. Ya solo recojo lo poco o mucho de bueno que puedo tomar de eso y listo. Cabo la tumba, hecho lo que tengo que echar, y listo. A seguir caminando con la vista empapada.

A todas estas, desde hace tiempo no sentía tantas ganas de besar, de salir, de reír, de compartir. Todo esto por una persona. La misma que me hizo pensar tantas cosas (sin quererlo)

    Tengo ganas de volver a sentir un beso largo, de volver a sentir que todo va bien, que todo estará bien mientras yo esté bien (Aunque eso me parezca algo muy estúpido mientras siga así) y que alguna vez podre decir: “yo me estoy comiendo la vida contigo (sea quien sea) y es algo maravilloso” pero solo pienso en que ahora estoy de este lado de la pantalla, pensando en que somos conocidos, conocidos que ya han compartido algunas palabras. Estoy de este lado de la vida en el papel del amigo, del amigo que sabes que te quiere, y que a lo mejor tu también, pero no de la misma manera que yo. Estoy aquí en las nubes porque me encanta tu compañía, me gusta sentir que puedo oírte durante horas sin llegar a cansarme. Se me ilumina el corazón con un gesto, la más pequeña de las señales de cariño, que a lo mejor para ti son insignificantes, pero para mí son deseos de que sean algo más fuerte. Parezco el amigo ideal y soñado que todo el mundo espera y eso me disgusta, porque no es lo que quiero ser para ti. Así, aunque este en esta crisis, sigo tejiendo esa telaraña de mentiras con la que me abrigo en las noches cuando no puedo dormir. Lastimosamente, en la soledad (esa a la que tanto le temo) no existen mentiras que puedan valer. Yo sé la verdad, sé lo que quiero y como lo quiero. En este momento de mi vida soy yo contra mí y no existe posibilidad de victoria.

No voy a pasar la página aun, aunque suene medio masoquista, pero no lo hare. Tampoco quiero girar alrededor de su eje las 24 horas del día, pero si quiero intentar saber cómo puede sentirse eso. Todas estas cosas que he pensado, por él y para llegar a él, cada vez me arrastran más hacia su recuerdo, hacia su vida. Haga lo que haga, irremediablemente quiero estar con él. Quiero saber si aquí no se pone tan oscuro después de todo.

No hay comentarios: