21/10/11

Eres promesa


     Mi trabajo es recoger las porquerías que otros dejan, desde aquí veo como salen a la calle tantos jóvenes, tantos sueños nuevos sin ser escritos. Muchos de ellos quieren ser escritores o novelistas, poetas o dramaturgos. Recuerdo cuando tenía esa preciosa edad de los veinte, cuando mi cabeza estaba llena de bombillitos ínfimos pero brillantes, cuando yo era uno de ellos. Ahora tengo 60 años, 20 novelas  sin publicar y tres libros de poesía guardados en una caja. Recuerdo que cuando terminé mi primera novela pensé que sería Best Seller. Semejante imbécil que fuiAquel que crea que ser escritor y tener fama es cuestión de trucos literarios y ocio está siendo el ser mas iluso de todo el universo. Este mundo de las editoriales es cruel, amargo y humillante. Ser escritor no es solamente saber escribir, ni saberte todas las reglas ortográficas habidas y por haber de memoria, ser escritor, novelista, poeta o lo que sueñes ser; es caminar durante toda tu vida por un desierto donde solo pocas veces encontraras agua, y cuando la encuentres será poca. Ser escritor es navegar por desilusiones, rechazos y soportar la apatía del mundo hacia tu arte.

     Desde aquí se les ve la cara de ingenuos a esos pobres muchachos que creen en saltar a la fama de un brinco. Ellos no entienden que esa verdad es la más pura de las mentiras. El precio que pagué durante tanto tiempo fue el más humillante de todos. Para ser grande hay que rebajarse a lo más desconocido, publicando en periodicuchos locales o revistas mediocres de mala calidad que solo leen los cabeza hueca de tu parroquia. Ni siquiera saludando a escritores engreídos que bautizan sus libros logras hacerte un nombre. Siempre te verán cara de hambriento, de mosca carroñera. Da lástima ver como esos jóvenes  consumen sus días en ilusiones estúpidas. Ellos creen que los editores son imbéciles (bueno, algunos sí los son) y van a salir a publicarles sus “historieticas fresas” solo porque fueron escritas por un perdedor rechazado que quiere fama para no sentirse nadie. ¡Por dios! ¿En qué mundo viven? Pensando así  pasan a  formar parte del mismo grupo de carajitos plásticos que creen que hacen poesía con solo articular cuatro babosidades y escribirlas en forma de prosa. La gente es tan estúpida que cree que ser genio es serlo por sí solo. Por eso es que hace veinte años me dediqué al trabajo de mantenimiento. Limpio vidrios, puertas, oficinas y con esto trato de limpiar toda la suciedad que acumulé encima. Ya no tengo bombillitos brillantes, ahora tengo frustraciones, desengaños, amargura, soberbia...

     Eres promesa en la literatura cuando eres joven y  luchas por tu sueño, cuando haces de una chispa un gran incendio que ilumina tu vida, alma y espíritu y así evitas terminar escribiendo folleticos cursis en papel reciclado para Kioskos. Aún así a muchos no los publican. Pero cuando solo eres un viejo amargado y rechazado por la sociedad de editores, como yo,  terminas convirtiéndote en un apestoso limpia mierda que soñaba con ser grande, con ser el mejor escritor de todos. Hace veinte años dejé apagar la chispa…  Cuarenta años escribiendo para nada.




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