19/4/10

Una pequeña despedida




Días como hoy me cuesta escribir. Más aun sabiendo que el motivo que me ahoga es demasiado grande como para tenerlo para mi mismo sin que me haga daño. El motivo de esta carta es simplemente decirte (o tratar de hacerlo) que no soy bueno para despedirme, menos si es de alguien que, aunque no parezca, se me hará muy difícil olvidar. Sé que estarás bien, eres de esas pocas personas que saben qué quieren y qué no. El único temor que me da, y lo reconozco, es que con el tiempo se vaya borrando mi recuerdo de tu memoria.

No haré esta despedida melancólica, detesto dejarme llevar por esas cosas que nos quitan fuerzas. Yo de por sí no soy muy fuerte que se diga y solo me remitiré desearte todo lo bueno que una vez quise darte. Ya escogiste seguir tu camino, un camino que me deja por fuera porque no tengo la opción de, al menos, poder verte. Ya decidiste que querías ver qué hay más allá de tus ojos, decidiste tocar con tu alma aquello que esperabas y que está más allá de los limites. No tengo moral para decirte que luches por lo que quieres, no hace falta que te lo digan. Este es un gran paso, y es tan solo el primero de muchos.

Tengo muchas historias escritas, tengo muchas personas nombradas en tantas líneas que ya ni sé quiénes son, muchos se olvidaron, otros aun tratan de ser recordados. Y solo pocos quedan en el presente… como tú. Que quedaras en esta carta para siempre por hacerme volar sin quererlo. Porque me quedaba en frio con alguna palabra que no me atrevía a decirte. No sé como despedirme de ti porque soy un niño que corre a ciegas buscando su triciclo para irse lejos, tropezando con males entendidos y palabras que no sabe cómo decir y que no entiende; soy un niño que huye sin importarle nada. Siempre camino lejos de mí, hacia nada. Como cuando te veía, y cuando caminaba por ahí, sentía que flotaba. Ahora solo deseo que triunfes, que te hagas cómplice de tus sueños y logres tus metas. Yo me quedo aquí. Recordándote y no dejándote morir. Seguiré buscando un lenguaje para los finales, para los nudos en la garganta, para decir cuándo y en cuanto tiempo uno aprende a dejarse llevar por el corazón y ver a alguien como algo más que un cuerpo, o una posesión. Yo me quedo aquí, escribiendo y tratando de conseguir una manera de decir las cosas sin que me cuesten lagrimas.

Te deseo éxitos y paz, la vida te dio la oportunidad de cruzar tus límites, crúzalos, y vuela lejos. Que aquí te seguiré recordando. Cuando estés solo, en algún momento de silencio, recuerda que eso no es soledad, es paz. Las almas buenas siempre tienen paz.

3 comentarios:

MarLy* dijo...

Mi vidaaaa!!! que hermoso!
Me identifico con ello sabes, es muy difícil despedirse y más para cuando no servimos para eso :(
Me traes vagos recuerdos de mí ..

Brian Dix dijo...

y parece mentira, pero una despedida, q parece algo tan simple, se vuelve algo muy dificil de hacer. T.T

Anónimo dijo...

Pequeño saltamontes del coño e sumadree! me aguaste el guarapo! de pana que belloooo! valees mucho! y aprovecha este talento que dios te dio para escribir cosas asi, para llevarlo mas alla de las fronteres! te kiero carajito!
Tu pana Manu
Caracas 19/04
France 21/04