21/6/10

Ich würde mich freuen, wenn Sie wurden phosphoreszierenden.

Este bar no es mí preferido a la hora de hablar seriamente, creo que ningún bar lo es.
-Dudo mucho que un parque este abierto a esta hora- me dijo mi amigo con un ligero toque de sarcasmo, LIGERO, ¿ok?
Si, a lo mejor en un lugar más tranquilo me sienta mejor, bueno no, no me sentiré mejor. Estaré igual.
-¿y por qué viniste aquí entonces?-
Porque me invitaste a tomar
-uhmmm...-
¿Sabes? Ayer estaba pensando seriamente, y pues asumí que no quiero olvidarlo. Sabes lo terco que soy con ese tema, que no me importa que digan de mí, pero él es la persona más importante de mi cochina y nada envidiable vida.
-¿estás hablando de...?-
Si, de él. El que siempre imagino que llega y me besa sin decirme nada y... ¡No no no! que cursi. Tampoco así.
-si el llega a tu vida otra vez, ¿serias feliz?-
No, estaría en paz y agradecido de que estuviese conmigo otra vez. La felicidad es corta y solo es un momento breve de euforia. En cambio la paz es la que dura, la que todos deseamos. Al final de todo, cuando morimos, dios nos ofrece paz y no felicidad. Por algo será ¿no?
-se nota que lo extrañas, y que te movió hasta la más mínima célula.-
¿Se nota? , y espero sepas reconocer un sarcasmo.
-obvio, aprendí eso de ti.- sonó muy sincera su respuesta, cosa que me sorprendió.
Gracias, supongo. El hecho es que lo extraño. Extraño sus locuras, las tardes en sabana grande un domingo viendo la ciudad sola, los debates sobre si dios existe o no…
-sus ironías, sus sarcasmos, sus frases acidas, su capacidad para destruir tu paciencia, su infidelidad-
Gracias, me siento mejor.
-de nada, para eso estoy- me respondió con la misma ironía.
 Supongo que hablar con un sordo hubiese sido mejor idea.  Además, eso que con tanta pasión acida dices, era una de las cosas que más me gustan de él. El te dice la verdad para salvarte, no para destruirte. Y eso se valora más que la hipocresía.  Esas verdades dolían, pero te daban la respuesta. No sé si me entiendes
-claro, tu eres así, no veo por qué tanta literatura dramática si eres igual que el.-
Porque necesitaba desahogarme. No sé si te dije que odio las luces fosforescentes.
-no recuerdo, ¿por qué?-
Porque estas luces son fosforescentes, y me aturden.
-tú decidiste venir, recuérdalo.-
Si los sé, no estoy loco.
-interpreta mi silencio…-
¿Será que estoy sufriendo de alguna enfermedad psicológica? Como por ejemplo, ulceras mentales causadas por politraumatismos emocionales crónicos a causa del amor?
-¡wow¡ interesante diagnostico.-
Si, algo. Tú eres más sensato que yo, por eso quise hablar contigo hoy un rato, siento que todo el mundo se va por un maldito hoyo microscópico de mierda cada vez que lo veo, aparece o me lo nombran. Ya no sé como demostrarle que no fui yo quien se alejo, que fueron las circunstancias que no supe manejar.
-sí, pero recuerda que el te traiciono sin pensar un momento que pasaba en tu vida-
Eres tan odioso como esta fosforescencia, gracias, que tierno eres. Solo quiero que el entienda, y que me entiendas, porque él me hizo sentir culpable.
-si no te entendió antes, ¿Qué te hace pensara que lo hará ahora? O ¿crees  que volverá contigo cuando le expliques?-
Sé que no entenderá ahora…  y pues no, no creo que vuelva, estoy completamente seguro que no lo hará. Es más, no sé cómo explicarte que aun sigo vivo y todo lo demás, pero que el me hace demasiada falta. El me lleno el alma de estrellas, y ahora, por la ausencia, dejo cada pedacito de él en cada historia, suelto un pequeño pedazo de estrella en cada papel, a ver si algún día puedo quitarme todo eso que me dejo encima.
 -y gracias a esas estrellas escribes como lo haces, esas estrellas te regalaron una manera de drenar y de decir las cosas, no entiendo por qué ahora quieres quedarte a oscuras tratando de matar  esas hermosas estrellas.-
Ok, basta. El intenso paranoico intento de escritor aquí soy yo. A veces pienso que se me nota demasiado que me hace falta. Lo nombro en cada página, en cada historia. A cada persona le cuento lo maravilloso que es.
-sí, se nota. A veces pienso que estás loco.-
Bueno, si Dalí estaba loco, ¿qué hay de malo que Brian esté loco?
-no nada, la diferencia ni se percibiría.-
Insisto, estas de un humor negro hoy…
-sí, algo tenía que aprender de ti, ya te lo dije-
Las luces siguen fastidiándome, no las soporto. Odio la fosforescencia
-y si algún día llega él fosforescente ¿Lo odiarías?-
No. Empezaría a amar la fosforescencia.
-tú no cambias, eres extraño ¿sabes?-
¿Extraño? O¿ incomprendidamente incomprendido?
-¿Qué es eso?-
Ser yo.
A si, algo así.
-¿salud?-
¡Salud!

(Te amaría si fueras fosforescente)

No hay comentarios: