27/7/11

Buscando a la mamá de Chupi VI

VI

-¡marica, pero quien hace tanto escándalo! 

     Dijo un hombre alto, como de cincuenta y tantos años al salir del camerino 7. Al fin, después de tantas luchas agotadoras, horas de calor en el metro, persecuciones en Banana Grande y demás acontecimientos dignos de una novela como esta,  Estaba Chupi en frente de su madre… o padre, o lo que sea que fuese ese ser.

-disculpe, ¿es usted Agripina?- Preguntó Chupi.
-sí, soy yo. ¿Por qué? ¿Te debo algo?
-es que yo soy Chupi, tu hijo. ¿Recuerdas? Pero estoy buscando a mi madre, y tú eres un hombre. No entiendo nada de lo que está pasando.

     Aquel llanto infantil y pasivo de Chupi, hicieron recordarle a aquel hombre que su hijo, su más deliciosa creación, estaba al fin frente a él… o ella.

-Chupi, hijo. Eres tú. ¡Dios mío! Ni siquiera una noche fructífera en el prostíbulo se compara con al felicidad que tengo en este momento. Ven a mis brazos Chupi, ven a mis brazos.
-Madreeee.
-Hijoooo.
-pero ya va madre, explícame eso de que eres hombre. Y por qué me dejaste abandonado en aquella acera.
-ay mijo ¿nunca has visto un transfor?  Y bueno, la historia del por qué te deje allá es un poco larga. Pero tienes q saberla.
 -Ven hijo, sentémonos en este sofá con colchones rosados y lentejuelas para que escuches la terrible historia de tu madre.

      Hace varios días me habían dado la noticia que estaba despedido de mi antiguo trabajo. Y debido a la situación jodida del país no podía quedarme tranquilo. Esperando que viniera cualquier hombre a mantenerme. Por eso decidí buscar trabajo en una famosa empresa de chupi chupis llamada Don Ais. Ahí me trataron muy bien y todo… hasta que se enteraron que yo era de la laguna. Me despidieron cuando encontraron mis neceser secreto y se dieron cuenta que trabajaba también para La Barata. Prometí vengarme de ellos y robarle la fórmula secreta de su exitoso Chupi chupi. A la noche siguiente me disfracé de Agripina, entré y robé la fórmula. Cuando llegue a mi rancho preparé todo para hacer la mezcla, pero la caja donde venia el polvo estaba en colombiano y no entendía. Sin contar que la licuadora la compre donde los chinos, y como el manual estaba en mandarín, no aprendí a usarla.   Lo cierto es que esa noche fue larga y tediosa. Pero al fin, a las seis de la mañana había creado mi primer chupi chupi, el primer paso para crear mi franquicia multinacional de Chupi Chupis 100% criollitos. Fue en ese momento donde agarre la primera bolsa de plástico resistente que tenía a la mano, le eché pega desquiciada y cuando la llené de Colita la metí al congelador, recuerdo que antes de meterte habías abierto tus ojitos y me regalaste la mirada dulce de un bebe Chupi adorable. Prometí que a ti nunca te vendería ni te regalaría pues eras el primer hijo que sentía como mío. Así fue como naciste Chupi, y ahora que lo sabes, ya puedes quedarte aquí conmigo.

-pero madre, o padre, o lo que seas. ¿Cómo es que termine en esa acera, solo y sin memoria?
- ¡ah! Bueno, eso fue porque ayer en la noche me fui a trabajar para la avenida Doralt. Estaba con un cliente y como no me pagó me arreché y me vine de esa mierda, decidí irme a la avenida La Cuna pero me fue igual. Y te tenía en la cartera. Te estaba llevando a una empresa para ver si me apoyaban pero, qué va, me mandaron a hacer algo que no puedo decirte porque estas chiquito. Y bueno, era media noche, andaba sin rial, recién cogida y arrecha. Por eso agarré, te destapé y me bebí la colita. Después te dejé ahí tirado. Pensé  que estabas muerto así que no me preocupe en volver por ti.
-que cruel eres al decirme eso, no te importan mis sentimientos… mi amor por ti que me alimento cada célula de mi bolsita para venir a buscarte. No es justo madre, no es justo.
-bueno ya, deja la mariquera. No te montes la peluca que ya estás aquí. Además, estas vivo y eso es lo que me alegra. Que al fin podremos estar juntos. Hijo, ¿quieres quedarte a vivir aquí conmigo?
-claro madrecita, deseo estar contigo. O ¿tú crees que me cale ese verguero de vainas de gratis?
-bueno hijo, entonces no se diga mas. Cámbiate y arréglate para que veas a tu madre en acción.

      Y así pues, esta conmovedora historia del chupi huérfano llega a su fin.  y todos vivieron maricos, perdón, felices para siempre.

FIN

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