27/7/11

Me voy al infierno ¿y?

       Hace pocos momentos me tropecé, para mi desgracia, con un discurso “celebre” del actual papa Benedicto XVI. El discurso, aparte de ser la misma vulgaridad escolar típica de las autoridades de la iglesia, tocaba el tema más aburrido y trillado que estos seres pueden tocar. La homosexualidad.

     Según el señor  Ratzinger, todos los que son homosexuales irán al infierno por “practicar la homosexualidad”. Aja, y ahora yo me pregunto, ¿Cómo es eso de practicar la homosexualidad?  ¿Acaso creen que la homosexualidad es algo que se practica como se puede practicar rugby o waterpolo? Me sabe a mierda que cualquier autoridad o católico fanático sin raciocinio coherente se altere al leer esto, porque hoy me dio la gana de agarrar el discurso mediocre y marginal del maricón mayor de roma y pasármelo por… allá donde ustedes ya deben saber.

       Entre otras babosadas que dijo el señor este (y le digo señor por no decir cosas peores) está el hecho de que “no se puede apoyar la cultura gay” y aclaró varias veces (casi al punto de esquizofrenia) que eso incluye ver películas gays, ir a manifestaciones gays, ver páginas web gays, apoyar discursos gays, etc. Al fin tienen propiedad de decir algo, sabemos perfectamente que tanto aborrecen la cultura gay porque es obvio que a mucho de ustedes les gusta y los hace pecar, les excita ver a sus niños sentados en sus entrepiernas mientras meten sus manos debajo de sus interiores y demás cochinadas vistas por todo el mundo a lo largo de la historia.

      También afirmó que “las relaciones homosexuales interfieren en las relaciones del hombre y la mujer” a ver, explíquenme algo, ¿ser gay activa automáticamente la frustración de las parejas heterosexuales? No; entonces no hay que ser un sabio para darse cuenta que eso fue solamente el más rancio de los prejuicios. Ahora me pregunto: ¿hasta qué punto la misma iglesia sataniza todo discurso que vaya en contra de su cuadrada y anticuada moral? Sin contar que jamás he oído un discurso oficial donde se condene el asesinato de personas transgéneros, o la discriminación a las personas especiales. De seguro eso se oirá el día que maten a un cura maricón que se le ocurrió violar a un niño y salga usted, señor Nazinger, a condenar los actos en contra de los suyos. ¿Y los de nosotros que? ¿No somos dignos de respeto por ser abiertamente lo que usted en secreto es?

      La iglesia ha usado el catecismo para marginalizar la cultura de los pueblos, esto es evidente cuando leemos discursos acerca del “pecado” que representa el condón. Señor Nazinger, ¿no se ha paseado usted, por mera cultura general, por las realidades de las sociedades latinoamericanas? ¿No ha hecho usted uso de esa capacidad de raciocinio tan deforme para pensar, aunque sea un poco, que en Latinoamérica eso que plantea es imposible? La iglesia nos margina y nos hunde al más profundo de los huecos de la ignorancia y después pretenden culparnos a nosotros por ello. Por favor, vivimos en una cultura que necesita educación sexual, no discriminación sexual.

      Vivimos en una sociedad donde no se educa a la gente ni se les enseña el control sobre su vida intima. La falta de educación ha hecho que las muchachas de ahora salgan embarazadas de cualquier imbécil que las enamore. Y en estos casos donde la educación es prioridad y responsabilidad única y exclusiva de cada padre (no se puede criticar a ningún gobierno por esto porque ellos no son responsables de educar, pero sí de fomentar los medios para dicho fin) la única vía factible y la que da mejor resultado es la educación sexual y la promoción del uso del condón para las relaciones sanas. No me venga con sus teorías baratas de dios porque no creo que nuestro padre quiera semejante mal para nosotros. Ya suficiente deshonra tiene con que su iglesia este en manos de un ejército de viejas locas reprimidas. Sin contar que la iglesia lanza al celibato a los hombres, privándolos de necesidades naturales y humanas como son las relaciones sexuales. ¿Ustedes mandan a sus padres y cardenales a que se  repriman, y después los condenan por haber cometido actos sexuales? A claro, llegaremos un día a decir que beber agua es pecado y castigaremos a los que no soporten vivir sin ella.

      Las autoridades de la iglesia suelen censurar sin moral. Deberían tomar su censura y su falsa moral y hacerla un rollito y meterlos por allá donde ustedes y yo sabemos que va eso. Deberían acostumbrarse a la idea de que todo en este mundo es debatible. Nada esta decretado como verdad absoluta. Ni si quiera mis humildes argumentos sacados del pensamiento más lógico y básico que cualquier humano tiene. Pero si tengo propiedad de decir que hay cosas que, definitivamente, dan tanto asco que hasta el dueño del burdel más horroroso se horrorizaría al ver los actos que ustedes mismos no han sabido ocultar. Porque hasta para ocultar las cosas son ¡PÉSIMOS! ¿No entendió señor Nazinger? Simple, su discurso es pura basura sin lógica.

    Por eso no me importa ir al infierno señor Nazinger, porque yo sé hasta donde su discurso homofóbico y marginal blasfema acerca de la realidad donde vivimos. Usted puede mandarnos al demonio si quiere, puede juzgar todo aquello que no cabe en su cuadrada y “santa moral”, pero lo que soy yo prefiero vivir sin hacer daño y consciente de mi vida, que estar aplaudiendo discursos fuera de lugar y que solo reflejan la maldad insanas de sus lenguas viperinas y pedófilas. Al menos todo el mundo sabe que soy gay y no ando por ahí vestido con sotana y violando niños inocentes o seduciendo mujeres débiles para después ocultarlo hipócritamente delante de la sociedad. Eso téngalo por seguro.

    Volviendo al tema de la “práctica homosexual” creo que ya entendí. Eso de practicar la homosexualidad es como las felaciones que sus niños les practican mientras la sociedad se hace la tarada y no ve lo que tiene enfrente. ¿No? Claro, así entiendo mejor las cosas. Para despedirme solo diré que si algún día llega a leer esto, señor Nazinger, no espero su respuesta. Simplemente no me importa. 

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